En ocasiones, las Olimpiadas producen entrañables anécdotas: Dorando Pietri, en Londres 1908, terminó el maratón en primer lugar, aunque dando tumbos y casi inconsciente.
En ocaciones, las Olimpiadas producen entrañables anécdotas: Dorando Pietri, en Londres 1908, terminó el maratón en primer lugar, aunque dando tumbos y casi inconciente.
En ocasiones, las Olimpiadas producen entrañables anécdotas: Dorando Pietri, en Londres 1908, terminó el maratón en primer lugar, aunque dando tumbos y casi inconciente.
En ocaciones, las Olimpiadas producen entrañables anécdotas: Dorando Pietri, en Londres 1908, terminó el maratón en primer lugar, aunque dando tumbos y casi inconsciente.